
Antes y durante el pago de un crédito hipotecario, hay desembolso que deben planearse para evitar un endeudamiento innecesario.
Tener un crédito hipotecario es un compromiso importante y de largo plazo, por lo que para aminorar el peso de este tipo de préstamos en las finanzas familiares es recomendable hacer una planeación robusta, pensando en todo tipo de escenarios.
Para ello, es necesario pensar en la administración financiera ideal para ser candidato a una hipoteca, cómo evitar que los pagos te sean pesados y prever escenarios adversos durante la vida del crédito.
En el primer rubro, hay que destacar que las entidades financieras, ya sean bancos o sociedades financieras de objeto múltiple (sofomes), tienen muy definido qué tipo de cliente quieren cuando se trata de un financiamiento hipotecario.
El perfil ideal de un potencial acreditado para una vivienda es el de personas con una actividad económica dentro de la formalidad, que tienen ingresos de manera recurrente y con un buen perfil crediticio. Dado que lo más importante para una institución bancaria o una sofom es garantizar que la persona a la que le va a realizar el préstamo le va a pagar.
Estos créditos son generalmente de mediano o lago plazo, entonces el perfil ideal debería empezar por garantizar que la persona tenga un flujo de ingresos al menos durante el plazo de vida de crédito.
Para que un banco o sofom te otorgue un crédito hipotecario con tranquilidad, hay dos rubros fundamentales que debe cuidar: tú historial crediticio y el enganche.
El primer rubro es crucial. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2015, en 34.5% de los casos en que a los mexicanos se les negó un crédito fue por problemas con el historial crediticio, mientras que una proporción de 13.2% se vio impedida de tener un préstamo debido a que carecían de un historial crediticio.
En cuanto al enganche, la recomendación más obvia es que entre más puedas adelantar, mejor, pero para calcular el monto ideal mínimo de un enganche hay dos maneras fundamentales.
La primera es un enganche equivalente a 20% del valor del inmueble, lo cual, no obstante, dependerá de la actividad económica del acreditado. “Para lograr este enganche podría incluso utilizar el saldo de la subcuenta de vivienda del Infonavit”, ejemplificó el especialista.
Por otra parte, analistas recomiendan utilizar simuladores de crédito hipotecario, como el que ofrece la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros, ya que le permite conocer cómo el enganche que puede dar afectaría a sus mensualidades posteriores.
Asimismo, los especialistas coincidieron que sus deudas, tomando en cuenta la hipoteca y otros préstamos como la tarjeta de crédito, no pueden rebasar 40% de sus ingresos mensuales, como máximo.
Algunas fuentes, lo que aconsejan, es que lo que se va a pagar por el crédito hipotecario siempre sea menor al doble del ingreso anual; es decir, esa cuota que se pague anualmente por el crédito hipotecario, a lo mucho sea la mitad de su ingreso anual.
Piensa en otros gastos:
Si ya cuentas con un historial crediticio perfecto y un enganche, antes de aventurarse de lleno al pago de una hipoteca, hay que considerar otros gastos.
Hay tres gastos que debes considerar, además del enganche: la comisión por apertura, que oscila en alrededor de 1% de la línea de crédito; un costo de avalúo, que variará en función del valor de la vivienda y que, comúnmente, oscila entre 2,500 y 10,000 pesos, y los gastos notariales que implican el pago de impuestos, derechos de registro y de adquisición, los cuales dependerán del estado de la República en que se encuentre y que pueden oscilar entre 3 y 10% del valor de la vivienda, aproximadamente.